¿Cómo se debe lavar y cuidar la manta polar?

Cuidado y lavado adecuados de un manta de lana puede ayudar a mantener su suavidad, apariencia y longevidad. A continuación se ofrecen pautas generales para lavar y cuidar una manta polar:

Lea la etiqueta de cuidado:

Comience siempre revisando la etiqueta de cuidado de su manta polar para obtener instrucciones específicas.
Lavado:

Lavado a máquina: La mayoría de las mantas de lana se pueden lavar a máquina. Use agua fría o tibia en un ciclo suave para evitar daños y mantener la suavidad. Detergente: use un detergente suave que no contenga lejía ni suavizantes, ya que pueden dañar las fibras del vellón y reducir la suavidad de la manta.
El secado:

Secado al aire: El secado al aire es el método más suave y ayuda a prevenir la formación de bolitas. Cuelgue la manta o colóquela sobre una rejilla de secado. Secar en secadora: si prefiere usar una secadora, configúrela a fuego lento o en un ciclo delicado. Las altas temperaturas pueden dañar las fibras del vellón.

Evite los suavizantes de telas y la lejía:

Los suavizantes de telas pueden dejar un residuo que disminuye la suavidad del vellón y puede causar acumulación en las fibras.
La lejía puede debilitar las fibras y provocar decoloración.
Prevenir la formación de bolitas:

Dé la vuelta a la manta antes de lavarla para reducir la fricción y la formación de bolitas. Evite lavar la manta de lana con telas ásperas como toallas o jeans, que pueden causar bolitas.
Almacenamiento:

Guarde la manta polar en un lugar fresco y seco cuando no esté en uso.
Evite la luz solar directa para evitar la decoloración.
Limpieza de manchas:

Para manchas pequeñas, limpie el área afectada con un detergente suave y agua antes de lavar toda la manta. Seguir estas instrucciones de cuidado puede ayudar a que su manta de lana se vea y se sienta genial por mucho tiempo.